Fieles lectoras

lunes, 18 de julio de 2011

Naufragio hacia el amor

Chicas,se que os gusto este fic asi que aqui os dejo un capitulo  adelantado____________________________________________________________________

Capítulo7.Buscando respuestas
Bella pov

Después de ducharme me sentí mucho mejor, aunque seguía sumamente intrigada acerca de lo sucedido anoche, estaba claro que debía irme de aquí lo antes posible, pensé mientras me vestía con unos de los conjuntos que Alice me había obsequiado, realmente no quería partir y eso me entristecía, me sentía tan a gusto con Alice y la isla era absolutamente maravillosa a excepción de las tormentas y de la presencia abrumadora de él, tenía sentimientos encontrados hacia Edward, y eran debido a su comportamiento, el se portó distante, malhumorado y dejó más que claro que yo era una molestia aquí, pero al mismo tiempo constituía para mi un enigma que ansiaba descifrar, ni siquiera pude ver su rostro al intentar hablarle, él no lo permitió y que decir de haberme dejado plantada como lo hizo, sin dignarse a escucharme confirmando mi primera impresión de que era un grosero, a pesar de ello decidí que no me iría sin antes tener una charla con él, no se que le diría aún, pero no me sentía capaz de salir de la isla sin verlo de nuevo, esa era la verdadera razón ,deseaba con todas mis fuerzas acercarme a él.
Escuché sollozos en la sala, asustada me apresuré hacia ella , Alice estaba tirada en el sofá con las mejillas humedecidas por las lágrimas, iba a preguntar que sucedía cuando ella se adelantó
.-Estoy muy triste Bella, y la causa de ello eres tú, tú y la decisión que tomaste-
Su respuesta me dejó boquiabierta y absolutamente sorprendida, me costó articular mis siguientes palabras
-de qué rayos estas hablando?, no entiendo, no nos hemos visto para nada, mucho menos hablado, de que decisión hablas-
-Bella, tú quieres irte de la isla, me dejarás sola, sin que te importe lo mucho que te quiero, sí, para mi ya eres muy importante Bella, ni te imaginas cuanto-agregó dejándome estupefacta.
-Claro que me importas, y mucho, me siento unida a ti de una forma extraña y poderosa, yo también te quiero mucho, no lo dudes, cómo si te hubiera conocido desde siempre, nunca había sentido nada parecido pero todo es extraño aquí Alice, pero no se trata sólo de ti y de mí, también está tu hermano, el no me quiere aquí, y está en su derecho totalmente-agregué dolida,
-mi presencia le fue impuesta y la resiente, estoy muy avergonzada por ello , entiéndeme, y aunque no es mi culpa, debo hacer lo posible por solucionarlo-finalicé tomando una de sus manitos heladas, jamás olvidaría esa característica tan inusual, su cuerpo gélido, bueno, en realidad no sólo eso era único, también estaba lo de…se lo preguntaría ya mismo-¿por cierto, vas a decirme cómo sabías de mi decisión?¿eres una especie de adivina o algo así?
-Hum, supongo que podría decirse que soy como “algo así”-contestó limpiándose las lágrimas con el dorso de la mano; la sonrisa celestial volvió a aparecer, que bien me hacía verla reír, de inmediato me sentía más optimista .
-y no diré nada más al respecto Bella, así que mejor respóndeme tú, qué es esa tontería de irte de aquí, si es por el imbécil de mi hermano ni se te ocurra, mira, para que lo entiendas mejor te contaré algunas cosas de mi familia.
Asentí emocionada, al fin sabría más de él, mi corazón bombeaba enloquecido, Alice miro hacia mi pecho asombrada y con una sonrisita, enrojecí, pero era era imposible que lo oyera verdad? , me concentré en tranquilizarme y la miré expectante.
-Bella, debes saber que nuestra familia es muy especial, somos cinco hermanos adoptados, nuestros padres son muy jóvenes-dirigió su mirada emocionada al amplio ventanal por donde el sol entraba a raudales, sonrió nostálgica apenas un momento, luego volteó a verme pensativa para reanudar su relato, yo sólo la contemplaba fascinada
–tenemos casi la misma edad, nos llevamos muy bien, en términos generales-agregó rodando los ojos-en verdad nos amamos mucho, con nuestros defectos y virtudes, y te diré algo más pero por favor, no nos juzgues Bella, no podría soportarlo, no de ti-rogó mirándome a los ojos.
Esperé, apenas pasaron unos segundos pero la ansiedad me carcomía, no quería dejar volar mi imaginación porque sería un desastre, lo sabía muy bien, mejor la alentaría a continuar-Alice, jamás se me ocurriría algo así, con que derecho lo haría, prosigue por favor-dije con una sonrisa que pretendía ser relajante.
-Verás, además de hermanos somos pareja-me miró evaluando mi reacción, pero me había quedado paralizada-de enamorados Bella-agregó cautelosa ante mi inmovilidad.
No podía ser cierto, la angustia me invadió cerrándome la garganta con , Alice estaba diciéndome que Edward y ella eran pareja? De inmediato mi mente comenzó a trabajar será por eso es que solo vinieron los dos? tal vez estaban peleados y el se instaló fuera de la casa, si fuera así mi presencia había arruinado la posibilidad de estar a solas, oh no, Alice y Ed, eran tan perfectos los dos, una pareja maravillosa, por qué tenía que dolerme así? por favor Bella ya basta, me regañé, que demonios te pasa con ese hombre?, ni siquiera fue amable, acaba de correrte de la isla y tú te pones así porque está en pareja, eso era muy lógico, pero lo que yo sentía al pensar en ese bello demonio no era nada racional, de repente las naúseas sacudieron mi cuerpo, esto ya era demasiado.
-Bella, Bella! –gritaba Alice agitando sus manos frente a mi cara-estás bien?-preguntó preocupada-ya sabía que algo así podría pasar, te damos asco verdad?-dijo con una triste mirada.
-no, no, Alice, no es eso, por supuesto que no, es sólo que no he comido nada desde ayer y…-
-por supuesto-canturreó tironeándome hacia la cocina-tu desayuno ya esta listo-indicó con una mano hacia la mesa servida con un desayuno digno de una reina, mi estómago gruñó audiblemente ante el estímulo del aroma apetitoso.
-wow, gracias Alice, pero ven siéntate conmigo y sigue contándome - intervine apresurada por temor a que no continúe su relato, a pesar que sería duro de escuchar de su relación, no podía perder esta oportunidad de saber más de él , Dios mío, era una locura sentirme atraída por el novio de Alice , era lo peor que podía pasarme, sacudiendo la cabeza para intentar despejarme , intenté comer algo.
-ok, pero ya desayuné más temprano, lo siento, estaba famélica- agregó disculpándose con una sonrisa- pero tú come que yo continúo, estás segura que las náuseas no fueron a causa de lo que te conté?
Rodé los ojos como toda respuesta mientras disfrutaba de las tostadas con mermelada, ella lo entendió y prosiguió
-Somos dos parejas muy felices, enamorados para toda la eternidad-
-vida-interrumpí, con la garganta hecha un nudo y el corazón en un puño pensando en ella y Edward juntos -se dice enamorados para toda la vida-
-ok, como sea, Emmet y Rosalie y Jasper y yo somos muy demostrativos, al igual que Esme y Carslile, nuestros padres, todo estaba bien hasta que-por dios Bella, que te pasa? Déjame que te ayude, dijo levantándome los brazos para que dejara de toser, es que al escuchar que Jasper era su pareja me atraganté con el jugo que estaba tomando escupiéndolo por toda la mesa.
-ya estoy bien, gracias-no sabía como preguntarlo sin ponerme en evidencia pero debía tener la certeza, no había modo alguno de quedarme con la duda, así que lo hice, sin miramientos y ruborizada hasta los cabellos- de modo que tú y Edward no son pareja?-
Ella rió a carcajadas, fruncí el ceño y me crucé de brazos esperando - discúlpame Bella pero tú me diviertes, cómo pudiste creer que Ed y yo-se tapó la boca para contener otro ataque de risa al ver mi mirada fulminante-acaso haz visto la forma en que se viste? y su mal humor, se estremeció visiblemente, yo también lo hice, pero por la imagen que llevaba grabada a fuego en la memoria, Edward saliendo del agua gloriosamente desnudo, afortunadamente ella siguió hablando, no sin fruncir el ceño al ver mi rubor.
-mi novio es Jasper, Edward no tiene pareja y creo que eso lo ha afectado mas de lo que se atreve a reconocer.El siempre ha sido diferente, nostálgico, aislado, estoy segura que cree que no merece la felicidad , pero ví que lo logrará, el será felíz, pronto-agregó con una de sus intrigantes sonrisas.
-el que yo esté aquí no lo hace felíz, créeme, ayer lo supe-al ver que iba a interrumpirme alcé la mano para detenerla-ya sé que me dijiste que me mantenga alejada pero fue involuntario, no podía dormir así que salí a dar un paseo hasta que me topé con él, y no fue precisamente un encuentro cordial, yo quería saludarlo pero no resultó bien-recordé la forma tan burda en la que me habló, su desprecio, su aire de superioridad, su belleza increíble, sería mejor dejar de pensar en el ahora mismo, antes de desbordar mi imaginación.
-el fue grosero contigo? No puede ser, eres adorable, y el siempre ha sido un caballero-
-será que yo saco lo peor de él, otra razón para no permanecer en la isla, Alice tu has sido un ángel para mí pero quiero pedirte que me ayudes a llegar al continente -ella estaba pensativa, suspiró profundamente y asintió.
-qué tienes pensado hacer Bella, cómo puedo ayudarte? sabes, traje ésta enorme cantidad de cajas con suministros porque el bote estará en revisión un par de días-indicó hacia una pila increíble de paquetes enormes que se veían muy pesados
-quién los trajo hasta aquí?, Edward? –si el estuvo aquí me hubiera gustado verlo para ver si ya estaba de mejor humor, o sólo para verlo, era tan digno de ver, a pesar de su rudeza.
-los traje yo solita-respondió con satisfacción indicando sus bíceps, pero eso no era posible, ella era pequeñísima, no tenía la fuerza suficiente, podría jurarlo, pero como no encontraba una explicación coherente decidí ignorarlo, lo único importante era salir de la isla
-si pudieras facilitarme un teléfono móvil, o el radio, sólo necesito llegar a Río, desde ahí todo será más fácil-
-Bella, lo siento tanto pero no tenemos radio aquí, y en cuanto a los móviles de Ed y mío, me los olvidé en el bote, deben seguir allí, lo siento de verdad-terminó con una mueca triste en su boca-pero en un par de días estará listo y a tu disposición-
-ok, no te preocupes, supongo que un par de días no será la muerte, lo siento, no quise decir eso-aclaré al ver la cara de decepción de ella, por qué soy tan estúpida? Alice había sido lo mejor que me pasó desde que tuve la “brillante” idea de salir a navegar con desconocidos
- lo sé, mejor me cuentas cómo te fue en el paseo de ayer, la isla es espectacular verdad? hay tanto para admirar-agregó para cambiar el tema
-todo lo que ví es hermoso-estaba segura que así era a pesar que en este momento mi memoria estaba absolutamente repleta de la imagen de él, magnífico, musculoso, recio, con el agua resbalando por su cuerpo brillante, ese recuerdo me tensó, era demasiado brillo para ser solo reflejo del sol, más aún teniendo en cuenta lo avanzado de la tarde, definitivamente algo extraño había en él, y yo moría por descubrirlo, cosa que no era nada bueno.
-Alice, quiero preguntarte algo acerca de Edward-comencé cautelosa, ella me había advertido que lo evitara, pero cómo ignorar alguien así?
Con un gesto, me animó a continuar, mientras acomodaba lo que sacaba de las cajas en la alacena a un ritmo frenético, no sabía cómo comenzar, tal vez pensaría que alucino, y no sería del todo incorrecto pensé recordando lo de mis heridas, aunque esa era otra cuestión para desentrañar, desde cuándo soy tan curiosa? Desde que llegué a esta isla estoy conociendo otra faceta de mi personalidad, que es muy fastidiosa por cierto, pero en fin, sea lo que sea que me motivaba, no tenía la fuerza para resistirme
-ayer lo ví bañándose en la cascada-comencé arrebolada por enésima vez, es que cada vez que lo nombrara sería así?era una vergüenza, ella lució una sonrisa pícara que no ayudo para nada, sólo logró que quisiera meterme bajo la tierra
-sí? y que tal?-me provocó moviendo las cejas arriba y abajo mientras fruncía su boca, hum, de acuerdo, eso es lo que me merezco por mi maldita obsesión con ese hombre, que Alice se divierta de lo lindo a mi costilla, pero no dejaría que me moleste, yo quería, necesitaba saber de él, y eso significaba aguantar las pullas de su adorable hermanita, lo haría.
-su piel brilla de una manera extraña, quieres hablarme de eso?-automáticamente se borró su expresión pícara reemplazándola por una de preocupación, así que lo solté todo de repente por temor a que me cortase-parecía estar cubierto de diamantes, le he estado dando vueltas al asunto y no encontré explicación-.susurré
-lo has notado, vaya, sabía que pronto sucedería, es cierto, pero es todo lo que puedo decirte al respecto, no te enojes pero es un asunto delicado y no me corresponde decirlo a mí-dijo acariciando mi rodilla con su mano helada.
-como te decía Edward y yo cruzamos un par de palabras y terminamos discutiendo, salí corriendo, los arbustos raspaban mis piernas . Al llegar a la casa, ya se había desatado la tormenta y muerta de miedo me refugié en el sofá tratando de dormir, después de eso solo recuerdo haber tenido una pesadilla acerca del naufragio, pero lo que más me impactó fue la sensación de algo frío y húmedo recorriendo mis piernas- dejé de lado las maravillosas sensaciones que me invadieron al pensar en ello, era vergonzoso
-cuando desperté casi no quedaba rastro de mis heridas Alice, mira mis piernas, apenas quedó una línea blanca y fina, casi imperceptible, pero ahí está, eso no fue un sueño-dije decidida a que me crea y a llegar al fondo del asunto, la observé minuciosamente, estaba tan inmóvil, su mirada me taladraba, como si quisiera decirme algo que no podía con palabras, estaba segura que era eso, pero no me imaginaba qué podría ser, tenía que pensar rápido, de pronto se me ocurrió algo, era irracional… pero es que la lógica habitaba en esta isla?desde luego que no, de eso si estaba segura
-tu lo sabes no es así?-sus ojos brillaron más si eso fuera posible, creí ver en su cabeza un asentimiento casi imperceptible –pero tampoco puedes hablar de ello-continué, me brindó una amplia sonrisa , eso seguro era un sí, un pensamiento demente cruzó velozmente por mi mente así que lo solté antes de arrepentirme-si tú no estabas en la isla y la herida era yo, eso sólo deja una persona capaz de haberme curado…-lo dejé en suspenso esperando su risa o algo que detuviera esa línea de pensamiento pero ella me sorprendió nuevamente, comenzó a bailar y aplaudir por toda la cocina
-sí que eres inteligente Bella, soy felíz-canturreó-lo adivinaste sin que yo haya dicho una sola palabra yupiiiiii!!!-
-pero hay cosas que no comprendo Alice, como el brillo de la piel, pero respetaré tu silencio, en cuanto a lo de mis piernas-continué tocándome la piel-cómo se enteró? Y cómo lo hizo?-el estuvo aquí, no puede ser que no me haya dado cuenta, aun cuando mi cuerpo gritaba que lo reconoció, a un nivel muy básico y elemental … la miré buscando algún indicio en su rostro pero ella negaba con la cabeza, pero lejos de frustrarme sólo me dio ganas de llegar a la verdad, y la buscaría ahora mismo, él me tocó, increíble, la sola idea de imaginarlo tan cerca de mí me dio vértigo, su tacto era frío, sonreí al recrear la sensación, tenía que verlo para agradecerle y preguntarle cómo fué, es que era sencillamente imposible entenderlo por mí misma, toqué nuevamente mi pierna y sacudí la cabeza, realmente era un misterio.
- siendo así, debo hablar con él para…-continué para mí, casi me había olvidado de la presencia de Alice.
-yo no lo haría Bella, no ahora, no te apures, al fin de cuentas estarás un par de días más con nosotros en la isla-me interrumpió, se veía insegura mirando al vacío, en verdad era extraña.
-no te preocupes Alice, no te pondré en problemas-seguro era eso lo que la tenía así, pero no dejaría que su irascible hermano la molestara por mi culpa-ahora si me permites, quisiera dar un paseo por la playa, tengo mucho en que pensar, quieres acompañarme?-pregunté por cortesía, aunque en realidad necesitaba estar sola.
-lo siento pero tengo mucho que hacer, me encerraré en el estudio por días si es preciso, llevo mucho retraso con mis diseños, tu sólo disfruta de la isla-me contestó tirándome un besito mientras se alejaba bailando.
Caminé descalza bordeando la playa, el sonido del mar era relajante, la brisa suave acariciaba mi rostro y despeinaba mi cabello suelto sobre los hombros, cerré los ojos e inspiré profundamente, a pesar del paradisíaco lugar no tenía paz, mi mente era un remolino de dudas y sentimientos, me abracé, mi tacto era cálido, tan distinto del de Alice y del de él, nuevamente recordar como se sentía su toque sobre mi piel subió varios grados la temperatura de mi cuerpo, me pregunté si sería igual si hubiera estado despierta, el agua helada tocó mis pies haciéndome revivir lo sentido en la noche y dispersando los demás pensamientos, dejando en mi mente espacio sólo para Edward.
Seguí caminando, internándome en la espesa vegetación, mis piernas decidieron por mí llevándome directamente a la cascada, quería verlo, necesitaba verlo, atrás quedaron las promesas hechas a Alice, muy atrás, al igual que mi cordura, tal vez era una masoquista sin remedio, pero lo enfrentaría, quería agradecerle, preguntarle cómo y por qué me curó, mirarlo de frente a los ojos, esos que no me fueron revelados aún, deslizar mi mirada por el arco iris de su piel, lo más seguro era que mi presencia nuevamente lo molestara , o que me ignorara, pero nada importaba, yo estaba decidida a conocerlo, tal vez después de esto podría al fin dejarlo solo e irme en paz.
La catarata estaba bella como la recordaba, pero vacía de la presencia que yo ansiaba, presa de un impulso me sumergí en el agua, estaba cálida, y aún así refrescante, pero no pude disfrutarla por mucho tiempo ya que las preguntas asomaron nuevamente, que haría ahora? hacia donde debía ir en su busca? el leve crujido de una rama al quebrarse me dio la respuesta, salí inmediatamente del agua justo a tiempo de ver una espalda alejarse presurosa, a una velocidad imposible, él.
Empapada lo seguí a trompicones, lo único que escuchaba era el retumbar de mi corazón acelerado, ansioso, esta vez no se me escaparía, lo que sea que el tuviera de extraño como para aislarse lo descubriría hoy.
Al girar por el sendero me frené en seco, ahí estaba sentado, sobre una inmensa roca, esperándome, estaba segura de ello, se veía pensativo, aunque no podría asegurarlo, el siempre lograba confundirme, tenía sus manos enlazadas sobre el puente de la nariz, los ojos cerrados, me concentré en respirar, es que verlo quitaba el aliento y hacía trizas la cordura, era tan bello que sólo podías absorberlo a través de los sentidos, de todos ellos, inhalé profundamente para aclarar mi mente, craso error! el aroma maravilloso que flotaba en su habitación me llenó, provenía de él, alucinante, cuántas sorpresas más tendría para mí?
-por alguna razón me es imposible leer tu mente, así que tendrás que hablar, si eso es lo que quieres por supuesto-dijo burlón, esto sería difícil para mí, mis piernas flaquearon al escuchar ese sonido maravilloso que salía de sus perfectos labios, me esforcé en hallar mi voz en algún lugar de mi caótico ser.
-hola Edward-comencé titubeante, el martilleo de mis latidos era vergonzoso, gracias al cielo que sólo yo los escuchaba-quería hablar contigo de un par de asuntos, esperé su mirada en vano así que continué con mayor convicción- antes que nada debo advertirte que me quedaré unos días más, por pedido de Alice-jamás reconocería que fue su actitud la que me forzó a huir, se tensó al oírlo, cosa que me molestó, es que tan insoportable le era mi presencia? –se que eso te incomoda, pero-
-tu no sabes nada de mi!-gritó poniéndose de pie violentamente, quedando a escasos centímetros de mi cuerpo empapado, resoplaba intentando calmarse, el miedo me paralizó, era intimidante, tan alto, tan frío, pero la fascinación nuevamente se abrió paso, esfumando mi temor, sus ojos permanecían cerrados ¿acaso siempre sería así? no lo consentiría,esta vez no me iría sin ver mi reflejo en ellos, sea lo que sea que ocultase lo descubriría ahora mismo, más que un deseo era una necesidad para mí, quería entenderlo, y este sería el primer paso.
-tienes razón, no se mucho de ti, solo que eres diferente, extraño, único-pensé en su piel,me estremecí recreando en mi mente el momento en que lo admiré por primera vez, jamás olvidaría esa imagen-no encuentro explicación lógica para lo que ví, supongo que la hay y me gustaría saberlo, pero ahora me importan otras cosas, como lo que paso ayer cuando me curaste-giró bruscamente dándome la espalda , como se atrevía!
-mírame Edward-le ordené, en verdad esta soy yo? Me pregunte horrorizada, nunca en mi vida exigí nada a nadie-quiero darte las gracias por eso, pero quiero hacerlo viéndote
a los ojos- un hormigueo recorrió el camino de mis venas, la expectación me carcomía.
-no sabes lo que dices-respondió demasiado calmado para ser cierto.
-no lo niegues, sé que fuiste tú-me acerqué a él hasta casi adherirme, la tensión que emanaba de su cuerpo era palpable, pero no se movió y eso me alentó, lentamente levanté mi mano temblorosa y alcé su barbilla, era suave, helada, el no opuso resistencia, sonreí absolutamente deslumbrada y asombrada cuando una ráfaga de calor atravesó mi brazo para recorrer cada rincón de mi cuerpo
-abre los ojos-le pedí suavemente con la voz quebrada por la emoción
-mírame Edward- estar tan cerca de él me conmovía de manera indescriptible e inexplicable.
Lentamente sus pàrpados se movieron revelando su mirada, desafío, coraje, burla, miedo, vergüenza, todo eso encontré en su fija mirada, rojo carmesí.
Un escalofrío cimbró cada poro de mi piel, no podía dejar de verlo, estaba asustada no podía negarlo, mi mente se disparó en esos segundos, contrastando esta revelación con otros hechos imposibles, como el aspecto de su piel y su velocidad, eso sin siquiera saber exactamente lo que realmente ocurrió en la noche, el no dejo de mirarme , registrando cada expresión de mi cara, el buscaba algo, su respiración aumentó su ritmo, un músculo palpitaba en su mandíbula, era atemorizante para cualquiera que no hubiera sido yo.
El esperaba que saliera corriendo una vez más, lo intuía, pero lejos de ello, yo sólo quería acercarme más.
Tuve que obligar a mi mano a retirarse de su rostro cuando lo único que deseaba era recorrerlo,
-y bien?- preguntó levantando una ceja, su tono era irónico, pero su mirada era un mar de expectativa-algún comentario, Isabella?- continuó ante mi silencio.
-gracias-contesté con mi sonrisa más amplia, tal vez eso lo ayudara a entender que no me intimidaría, al menos no por sus características físicas imposibles, claro que su cercanía, su aroma, su belleza y su misterio creaban un caos en mi interior, pero eso no tenía porque saberlo, logré sorprenderlo con mi respuesta, se veía perdido y me encantó verlo así.
-gracias por haberme curado anoche, y gracias por permitirme verte tal cual eres, no tenías que esconder tu mirada de mí, no me importa el color de tus ojos, -empecé tímidamente pero el me interrumpió con una amarga carcajada mientras sacudía la cabeza mirándome divertido como si hubiera algo más que yo desconocía, por supuesto Edward en ese plan sacaba lo peor de mí, así que sin reparo continué
-también debo advertirte que no me gustó el atrevimiento de haber entrado a la habitación mientras estaba dormida, sea por la razón que fuere, no es propio de un caballero y espero que no se vuelva a repetir-le espeté cada vez más furiosa con ambos, conmigo por ser tan volátil y dejar que me dominen las emociones antes que la mente, y con él por provocarme. Dejó de reír al instante y se acercó lentamente, parecía un depredador al acecho, su expresión lívida, los ojos oscurecidos y sus labios carnosos apretados en una fina línea , aún en la furia el era un espectáculo para la vista ,la ondulación de sus músculos se marcaba en la ajustada seda negra de su camisa, sus puños cerrados, cada paso que el daba repercutía en mi flujo sanguíneo, sentía elevarse la temperatura de mi sangre hasta ser capaz de sentir cada pulsación,
Se detuvo muy cerca, demasiado para mi paz mental, su perfecta nariz casi chocando con la mía , sentí su respiración helada rozando mi cara, las frías gemas de sus ojos barriendo su mirada por mi cuerpo, apenas disimulado por la húmeda ropa adherida como una segunda piel, se detuvo un momento en mi pecho, haciéndome conciente de que sólo llevaba una camiseta blanca, empapada, seguramente era transparente en este momento, lo que aumentó mi vergüenza, una sonrisa torcida transformó su expresión feroz en una de diversión cuando mi traicionero cuerpo reacciono ante su cercanía y virilidad, convirtiendo mis pezones en rígidos botones que se apretaban contra el blanco algodón de la prenda, como buscando desesperadamente ser acariciados por las prometedoras manos del dios que se alzaba sobre mí.
Como el atrevido que era, amplió su sonrisa al darse cuenta de la razón de mi rubor, al fin dirigió su mirada hacia arriba, hasta enfocarla en mis ojos, y con voz suave y sugerente susurró – dulce Bella, es mi habitación y no pido permiso ni para entrar ni para salir de ella, por lo tanto no me arrepiento de nada- santo dios, su aliento desprendía la misma esencia que su cuerpo, pero mucho más concentrada, me hacía sentir aletargada, como en una nube, apenas pude reparar en lo que había dicho, me esforcé en encontrar una respuesta pero el continuó cada vez mas divertido, esa sonrisa era mortal-yo que tú, estaría más que felíz por mi atrevimiento, sabes, seguramente hoy no podrías estar en pie de no haber irrumpido en mi propia habitación-se retiró hacia atrás apenas un paso pero fue suficiente para sentirme sola y vacía, mis piernas tomaron el mando y se acercaron a el como atraídas por un imán poderoso
-acostarse sin limpiar esa heridas no fue muy buena idea- dijo chasqueando los labios y negando con la cabeza, el maldito se burlaba de mí
- pero al parecer no eres de las que analizan mucho sus actos, verdad?-abrí y cerré la boca indignada, lista para protestar pero continuó sin darme oportunidad- no te enfades, lo digo por la forma en que llegaste a la isla –concluyó cruzando los brazos sobre su pecho.
Su tono de censura fue como un cachetazo en la mejilla pero al menos logró que las palabras vieran a mi en un torrente imparable
-quien te crees que eres para hacer una evaluación de mi carácter solo por un hecho desafortunado, del que no tienes la mas remota idea de cómo ocurrió ni del por qué de las razones que me motivaron, así que no me juzgues con tanta liviandad, ya que no me conoces ni sabes nada de mi vida!!-sentía mi rostro arder de la furia - y espero que uses la misma vara para medir tus actos,
ya que eres tan estricto y cruel conmigo- mis palabras brotaron producto de la furia, aunque en el fondo de mi mente sabía que el tenía algo de razón, en qué diablos estaba pensando cuando me subí a ese maldito bote con desconocidos? Que hubiera hecho si se hubieran propasado? Y que hacía provocando a Edward , cuando específicamente se me advirtió de no hacerlo? Y si fuera peligroso? Lo miré con detenimiento, una vez más, sus ojos estaban oscurecidos, casi negros, me gustaría preguntarle a que se debía pero tal vez no era el momento oportuno para hacerlo, se veía concentrado en mí, como queriendo llegar al fondo de mi mente, me sentí intimidada por su aura de poder, estaba segura que el sobresaldría en una multitud, y no sería por el brillo de su piel ni el color de sus ojos, tampoco lo haría por su amabilidad, ya que era absolutamente intratable, sonreí ante mi pensamiento, mis instintos me aseguraban que no corría peligro alguno de él, así que haría el intento de suavizar la situación, no podía perder esta oportunidad para saber más de el, tragué mi orgullo a duras penas y le susurré
-Edward, no quiero que discutamos cuando apenas estamos conociéndonos-enfrentando su mirada desconfiada continué-ya te dije que sólo quería agradecerte por lo de anoche, se que hoy tendría problemas de no ser por ti-dejé de lado lo de su irrupción en el cuarto para evitar otra discusión, ya que jamás estaríamos de acuerdo, y al parecer hice bien, ya que la maravillosa sonrisa de lado volvió a iluminar su rostro-pero sí me gustaría saber cómo lo hiciste-su ceño se frunció al mismo tiempo que la sonrisa desapareció-por favor, dime como fue que me curaste las heridas hasta desaparecer casi completamente-Enfrenté su mirada con firmeza y sin pestañear, esperando su respuesta, lo sentí tensarse, todo rastro de diversión se esfumó ante mi pregunta, ello sólo atizaba mi curiosidad, el se plantó ante mí en toda su altura, su aroma y su frialdad me pegaron sin aviso, tomó mi barbilla entre sus dedos índice y pulgar muy suavemente, sosteniéndola firmemente, apenas podía controlar mi respiración, es que su toque era hielo y fuego, imposible de soportarlo y al mismo tiempo imposible de no desearlo.
El acercó su rostro al mío hasta quedar a un suspiro de distancia, y con su voz aterciopelada y suave de ángel susurró quedamente-si te lo dijera, dulce Bella, tendría que matarte-

3 comentarios:

  1. este edward...me da que le va a costar aceptar sus sentimientos.
    pero espero que lo acabe haciendo,aunque me gusta su forma de seduccion,deja a bella con la piel erizada jaja

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  2. dios pero que chico tan terco ...Besos,me encanta...

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  3. Es que quieres que me muera de un infarto pues estas a punto de lograrlo griz me mata tu historia casi me desmaye cuando la vi hoy al entrar al blog ¡¡dios hasta el sabado me morire te lo juro!!!!

    cariños!!♥♥♥
    espectacular!!

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