Fieles lectoras

sábado, 3 de septiembre de 2011

Naufragio hacia el amor

Capitulo 17. Marcando territorio
Bella pov
La claridad del nuevo día me encontró contemplándome al espejo, recién duchada y con el cabello húmedo, no quería molestar al bebé con el ruido del secador así que eso debía esperar, en cuanto al maquillaje, solo contaba con una antigua barra de labios que René colocó en mi bolsa, nunca antes había deseado verme bonita como en este momento, analice mi rostro detenidamente tratando de deducir lo que el vería en mi…nada especial por cierto, pero quizás la piel suave y clara que parecía fuera de lugar en Arizona no estarían tan mal aquí, mi cabello lucía más largo también… como olvidar la sensación de sus dedos peinando las largas hebras mientras yo me acomodaba entre sus brazos con los ojos cerrados , percibía que él se relajaba y se acercaba mucho mas a mi cuando cría que yo dormía, unos suaves golpecitos en la puerta interrumpieron mis recuerdos dorados –adelante papá- sonreí al recibirlo –wow Bells brillas esta mañana, me perdí de algo?- preguntó mientras era atraído como un imán hacia la cuna del pequeño bribón que se desperezaba contento-es temprano nena, te esperamos abajo? Veo que este señor está listo, casi tan guapo como su abuelo-me observó por unos segundos - madrugamos hoy eh?- me sonrojé al pensar que llevaba horas despierta imaginando el encuentro-bajo enseguida, ya casi estoy lista-ahora si tomé el secador para ocuparme de la mata espesa de mi cabello, a través del espejo descubrí a Charlie contemplándome con una expresión rara-papá pasa algo?-nada cariño…es sólo que…luces especialmente hermosa hoy, tus ojos brillan con una luz que no había visto antes, me gusta verte así…mmm como …felíz-incomodo recargó sus peso de un pie a otro antes de huir del momento embarazoso-bueno, déjame disfrutar de mi nieto, es nuestro momento de hombres- el nudo en mi garganta impidió contestarle antes que se retirara ruborizado por tal demostración.
El halago de Charlie ayudó a mi autoestima, y claro que estoy felíz, después de meses de anhelar desesperadamente su presencia, al fin llegó el día del encuentro, aquel que debió ser unos cuantos meses antes, catorce para ser precisos.
El camino hacia el colegio fue silencioso, Rob tenía especialmente claros sus ojos hoy, me observaba fijamente sin apenas pestañear, sus ojos eran tan bellos, los míos eran marrón chocolate…los de Edward rojo oscuro, sabía por René que nadie en mi familia tenía ojos verdes, tal vez los él en su vida pasada? suspiré al comprender lo poco que conocía de él, aunque ello no minaba en lo más mínimo la intensidad de mis sentimientos, con el estado optimista que me acompañó desde que desperté dejé al pequeño con la Sra. Cope antes de volar hacia el Estacionamiento, un par de tropezones de por medio, claro.
Espere de pie en la esquina más lejana de la entrada al predio, inspiré y exhalé exageradamente un par de veces para calmar el ritmo alocado de mi corazón… por el temblor de mis rodillas no pude hacer nada, miré una y otra vez mi reloj pulsera, acaso era muy temprano o estaban retrasados? los demás alumnos habían empezado a llegar desde hacía un par de minutos, lo que menos quería era entrar en crisis , tranquila Bella, Alice dijo que hoy es el día, tranquila, me acerqué a las ventanas de la sala más cercana para checar nuevamente mi aspecto, me veía como una histérica, calma Bella por Dios!
-para mi te ves preciosa corazón- maldición! esa sí que era una voz que no pretendía escuchar, no hoy al menos.
-hola Jacob-me volví rápidamente-y adiós…lo siento, te veo luego- dije con voz temblorosa al tiempo que arribaron los Cullen en dos cochazos tan impresionantes como el de Alice, Emmet precedía la marcha, una pareja lo acompañaba, eran tan bellos, ella bajó del carro como si fuera una reina de belleza, y lo parecía desde sus cabellos dorados hasta la punta de sus zapatos de diseñador, pero no era la presencia de ellos lo que me tenía trastornada, me adelanté unos pasos sin poder evitarlo cuando el volvo plateado se estaciono junto al bordillo-Bella…que haces-escuché como en trance a Jacob, ni siquiera se me ocurrió contestarle, Alice bajó como una tromba con la preocupación pintada en su carita, le sonreí tratando de reconfortarla, estaba lejos aún como para hablarle , avancé lentamente con mucho esfuerzo ya que mis piernas se aliaron a mi corazón que exigía inmediatez, como a lo lejos escuchaba puertas que se cerraban y murmullos apremiantes, nada de eso importaba, sólo el ser maravilloso que clavó su oscura mirada en mi rostro aterrado y deslumbrado, me detuve a un suspiro de distancia, su aroma me impactó remontándome a las arenas blancas de Brasil, a su abrazo gélido que incendiaba mi piel y hervía mi sangre, la magnitud de mi pasión hacia este hombre oscuro dominaba mi existencia, si alguna vez en estos meses de separación albergué alguna duda, ahora mismo mi alma gritaba su amor por él- hola Edward- me felicité por la firmeza de mi voz, si algún temblor se filtró era responsabilidad del resto de mi cuerpo que estaba frenético de nervios , por qué tardaba tanto en contestar? Debía mejorar esto- ha sido mucho tiempo-añadí con una sonrisa en esta ocasión, tuve que contener mis ansias de lanzarme hasta enredar mis brazos en su cuello y besarlo hasta dejarlo sin aliento , conforme transcurrían los minutos mi sonrisa se desvaneció hacia una mueca lamentable, como no pensé antes en su sorpresa! Yo estaba preparada para esto pero seguramente el no se imagino encontrarme aquí, aunque sea fortuitamente.
Retrocedí otro paso más, su escrutinio me abrumó debido a su intensidad y frialdad, hasta que al fin sus labios perfectos se abrieron para soltar apenas un saludo – Bella- una leve inclinación de su cabeza fue el único movimiento que hizo desde que se plantó frente a mí, no entendía, evidentemente esto no era lo que esperaba, tal vez ése era el problema, quizás no debí suponer nada, con vida propia mi mano se dirigió hacia su rostro sólo para detenerse abruptamente al percibir su malestar, su ceño fruncido era un signo de alerta que no supe leer, tenerlo tan cerca después de tantos meses impedía tomar precauciones –te he extrañado…mucho- no pude evitar susurrarle mientras quitaba mi mano hecha un puño al igual que mi corazón
Una perfilada ceja se elevó con sorna-de veras?- esa voz melodiosa apenas ocultó su furia , la cual no tenía razón de ser.
-buen día Bella, ya que han saludado, es hora de ir a clases- interrumpió Alice intentando distraerme, pero mi ojos quedaron clavados en Edward, unas manos blanquísimas con uñas pintadas en violeta oscuro se movían posesivamente sobre el torneado antebrazo – ya acabaste con esta escenita? Podemos mi novio y yo avanzar de una vez? – seguí el camino de sus largos brazos hasta llegar a un rostro encantador, ojos más ambarinos que los de Alice, al igual que infinitamente más fríos que me miraban con desprecio- o te corres, o te corro- su voz chillona envió escalofríos a mi espina dorsal, mis dientes rechinaron del mismo modo que cuando arrastras las uñas por un vidrio, solo atiné a mirar a Edward, quien la contemplaba divertido
-Edward!- siseó Alice
- no está haciendo nada malo, que yo sepa, además lleva toda la razón, se hace tarde- le contestó con una sonrisa , que desapareció al volverse a mirarme
-podría hablar contigo? – insistí dejando de lado el orgullo-Tenemos que…-su respuesta no se hizo esperar-no será posible Bella, y ahora si nos disculpas ,Tania y yo estamos apurados, que tengas buenos días- sentí mis rodillas flaquear, las lágrimas se agolparon detrás de mis párpados cerrados, mordí mis labios intentando contener los sollozos pero era una batalla ´perdida, hacía meses que no lloraba, guarde cada lágrima en un dique que ahora se resquebrajaba velozmente, jamás se me ocurrió que él estaría con otra mujer, ese pensamiento era incompatible con el recuerdo de mi Ed, sabía que me amó, lo sentí, lo viví, no fue una disparatada fantasía, lo leí en sus ojos, y aunque había tratado de ocultarlo cuando estuvimos juntos, el amor siempre ve la luz, se hace camino entre todos los obstáculos, el me amó…recordé el pequeño trozo de papel que acompañaba mi sueño desde entonces, aquel maravilloso soneto de Shakespeare, Amor Silente…
-Bella por favor, vámonos ya- Alice suplicaba –no llores por favor- enjugó el manso río que recorrió mi rostro
-estoy bien- respiré profundamente- no lloraré, lo prometo-incluso le sonreí torpemente, las cosas estaban difíciles por ahora, pero dentro de mi corazón todo estaba en su lugar
- ahora me asustas, estas en estado de shock?, cual es el motivo de este repentino remanso de tranquilidad?-
-lo amo Alice, eso es lo que me da paz-
- le dirás de Rob? Edward se portó como un maldito, pero…- caminaba presurosa casi arrastrándome por los pasillos –te sientes bien? te ves rara-
Rara?bueno, el amor de mi vida , el padre de mi hijo, con quien soñé en formar una familia y vivir juntos para siempre está con otra mujer y además parece odiarme, rara? Tal vez con un vacío en mis entrañas, ganas de salir corriendo con mi bebé y no mirar atrás, pero rara?
- me lavaré la cara, tu vé a clases, no me tardo nada Alice- necesitaba estar a solas solo un momento
-no lo sé…- vi la duda en su carita, ella estaba conmigo, tal como lo prometió, la abracé fuerte, emocionada por su devoción–estás rara-insistía-estaré bien- sentencié entrando al tocador, una vez más, como en la mañana, me encontré contemplando mi imagen al espejo, pero en esta ocasión la sorprendida fui yo, esperaba encontrar un rostro lloroso, afectado por el dolor del rechazo y el orgullo arrollado, pero en cambio la Bella que tenía enfrente se plantaba erguida, la barbilla firme, desafiante, los pómulos ruborizados y un brillo impactante en la mirada, sonreí al darme cuenta de dónde provenía mi fortaleza, era de mi corazón enamorado , de mi alma que había encontrado su gemela y se regocijaba de volverla a ver , de la bendición divina de ser mamá, de haber albergado siempre la esperanza y la convicción de reunirme de nuevo con él. El amor te hace fuerte, por amor yo haría lo que necesitara hacer, nada me detendría en la búsqueda de la felicidad de mi hijo y mía-eso lo juro- dije posesiva al recordar unas manos acariciando mi hombre…como si la hubiera conjurado con la mente Tania se hizo presente por detrás.
- maldita perra infeliz- tomo mi brazo apretándolo hasta lastimarme
-no te cruces en mi camino, porque te destrozaré…Bella- dijo mi nombre con asco…y dolor, pero no me detuve a tratar de entenderla, de un tirón que me hizo ver estrellas me zafé de su mano, su mirada me decía que no estaba jugando, en otro momento el miedo me habría dominado, pero todo mi ser me daba fuerzas para luchar por mi familia, ya no se trataba solo de mi, mi hijo también sería felíz y Edward tendría más de lo que nunca soñó, yo se lo daría, Tania no entraba en esa ecuación.
- tal vez la que se ha cruzado eres tú, es buen momento para marcharte- respondí con voz suave sin dejarme intimidar
-no sé que vió en ti, eres tan…poca cosa, quiero que te esfumes de su vida, te lo advierto solo una vez, se que conoces lo que somos, sabes que tengo el poder de acabar con tus sueños, tus metas, tu entorno, toda tu patética vida!- tomó mi barbilla entre sus dedos para fijar mi rostro mientras hablaba…mejor, así tampoco se perdía mi respuesta- sé lo que eres, y no me importa nada, puedes tener todos los poderes que quieras, y no me importa nada, porque yo solo tengo uno, uno que tú no tienes ni tendrás jamás, y es el poder de hacerlo completamente feliz- dejaría mi vida en ello, un destello de duda cruzó su semblante níveo, percibir una debilidad en ella hizo crecer mi valentía, me atreví a más- lo sabes verdad? no puedes hacerlo feliz- leí la verdad en su cara antes que la oculte con más odio- ese es un detalle sin importancia…Bella-otra vez el asco y el dolor al pronunciar mi nombre-porque él jamás romperá la promesa de quedarse a mi lado- mostró sus dientes perfectamente simétricos al sonreír con burla.
Me soltó bruscamente al sonar el timbre de inicio de clases, sin mediar palabras salimos casi al mismo tiempo del baño topándonos con Edward que llegaba en ese momento junto a Jasper . Como cada vez me derretí ante su imponente aspecto, de negro como siempre se veía tan sexy, escrutaba mi rostro hasta el mínimo detalle- todo bien?-no sabía a quién iba dirigida su pregunta así que no me moleste en responder, desgraciadamente la bruja lanzó su veneno- todo bien cariño…ahora que esta zorrita sabe que jamás me dejarás- una uña violeta recorrió su labio superior , ese simple gesto desató los nudos de la cordura y el autocontrol y salieron volando, me acerqué a Edward ignorando a todos los demás, cerré los ojos, inspiré para absorber su aroma, tuve que apoyar mi mano en su pecho para no caer, lo sentí suave, tensó sus músculos y su respiración aceleró su ritmo, abrí los ojos para encontrarme con la sorpresa en los suyos, sorpresa por su reacción, o por la mía', poco importaba, la pasión estaba allí-calma Tania- intervino Jasper tomandola del brazo, Edward tomó mi mano con la suya y la retiró lentamente de su cuerpo, su pulgar acarició mi palma irradiando calor a cada ápice de mi cuerpo.
-jamás lo tendrás, te lo repito- siseó ella con la cólera apenas oculta, con mucho trabajo despegue mis mirada de el hacia ella
-Tania, Edward y yo estamos unidos de una manera que no podrías comprender jamás, y tal vez no volvamos a estar juntos, pero nunca estaremos separados- como pude me volví y caminé hacia mis clases, dejándolos boquiabiertos.
N/A
La frase final no es mía, esa frase la dice Catherine al comienzo de cada capítulo en una serie de los años 80 " La bella y la bestia", ponerla en mi fic es sólo un pequeño y humilde homenaje.

No hay comentarios:

Publicar un comentario